miércoles, 7 de septiembre de 2016

Reseña Más extraño que la ficción


Más extraño que la ficción

“Como si la realidad fuera menos extraña”




El personaje principal del largometraje Stranger than fiction, es un hombre llamado Harold. Soltero y aburrido auditor para el cobro de impuestos del gobierno estadounidense. Cada día, Harold cuenta los pasos exactos para realizar cualquier actividad, toda su vida; si es que se le puede llamar vida, consta de una rutina interminable y cronometrada. Cuando la vida de una persona deja de tener momentos relevantes, el brillo en la mirada se extingue, convirtiéndolo en marioneta del entorno. Esto se ve reflejado en la completa despersonalización. Y precisamente esto es lo que le sucede al pobre hombre. Olvidó que tenía derecho de gozar de cada instante, y se sumergió en una profunda hipnosis. Me parece que el reloj era la herramienta que representaba en gran medida su obsesión y es gracias a él que la trama se desarrolla.
Harold era dueño de su cuerpo, de su espacio, de su tiempo y nada más. Curioso momento en el que aparece en su vida la voz de otra persona, una mujer, un personaje que, a diferencia de Harold mismo, tiene conciencia e influencia en los sucesos que envuelven la anunciada muerte de Harold Crick. Esta narradora comienza su relato, describiendo la patética rutina que incluye el número de veces que el cepillo de dientes pasa de un lado a otro de la boca. Harold al principio parece extrañado por la presencia de la voz, una voz que lo sigue en todas sus actividades. No fue hasta que la narradora tomó el control del destino de Harold que éste decide buscar ayuda. Todos estos elementos me parece que son implícitos en la vida, fue muy fácil identificar a ciertas personas que como Harold, viven en un estado vegetal. La voz de la película puede representar una inquietud en la mente de las personas, tal vez el hecho de que pasa el tiempo y no pasa nada, estar envejeciendo puede crear una presión eufórica, justo como la que Harold siente al pensar que quieren matarlo.
Algunos personajes intervienen en el problema, pero ninguno le es efectivo, hasta que topa con un maestro en literatura. Es una especie de gurú, un hombre sabio que tiene las respuestas, que le da lecciones de vida. Primero le recomienda que no haga absolutamente nada, la solución a hacerlo todo bien, sería talvez no hacer nada. Pero una serie de sucesos desafortunados lo devuelve al camino, golpeándolo fuertemente, despertándolo y devolviéndolo a la realidad. Entonces el profesor le recomienda algo que le parece muy extraño, vivir.
Su próxima muerte lo hace añorar su vida, compra una guitarra pues era su pasión desde niño y realmente lo disfruta. Pero es el amor el que realmente marca la diferencia y lo impulsa a dejar sus hábitos. Ana Pascal le ofrece galletas de chocolate, y con esto le demuestra que por primera vez en mucho tiempo, alguien esta dispuesto a interesarse en él. Harold, teme estar desperdiciando su vida, y decide confesarle a la señorita Pascal que esta interesado en ella. Justo cuando el amor surge y le da la felicidad que necesitaba, cuando todo parece mejorar. Encuentra a la narradora, una asesina de cuarto grado, que justo acaba de escribir el final de la vida de Harold en un papel.
Al final de todo, es el sacrificio de Harold lo que destaca, según mi percepción. En el punto más alto de su vida, cuando tiene todo lo que quería, tiene que renunciar a ello, por los sueños y la vida de otra persona.
Creo que hacen una relación muy interesante con el reloj, es decir el tiempo, al parecer puede matarnos por unos cuantos minutos, según la película, o bien puede ser nuestro aliado y puede llevarnos al momento y al lugar en el que realmente tenemos que estar. Claro que el tiempo, tarde o temprano va a matarnos, pero según Harold, la vida y el amor lo valen.     

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